Quiero empezar expresando que no saben la diferencia que hace que nuestra graduación sea aquí (en el colegio). Les voy a pedir que miren hacia su izquierda un segundo … ahora miren a la derecha. Algunos pudieron ver un compañero de clase o un amigo, pero más importante: se ve la escuela, la cancha, el aeropuerto. Esos pasillos que recorrimos algunos desde séptimo grado. Me acuerdo como si fuese ayer, el día la orientación de séptimo grado cuando te entregaban los horarios del día A y B, te hacían firmar una lista para validar que los recibiste. Pero yo me lleve la lista de firmar cuando coji mis papeles. En ese momento fue cuando cree mi primer contacto con otra persona en Beato, porque Kevin se me fue corriendo detrás para buscar la lista que me había llevado. Yo le estaba ignorando porque no entendía lo que estaba sucediendo, al final Kevin me alcanzó casi saliendo por la puerta de la cafetería.
Recuerdo esa primera vez que visite la cancha y entre a mi salón hogar que era en el tercer piso. Ninguno de nosotros sabía o entendía el concepto de doblarse las mangas pero aún así nos creeríamos grandes. Como paso el tiempo, pasamos de hablarnos por Kik a hablarnos por WhatsApp como personas normales. En el proceso pasamos de ser niños a ser adultos que van ahora para la universidad. Crecimos de ser amigos o compañeros a ser una familia, que aunque hoy no nos podamos abrazar, porque terminamos este camino juntos, miren a su alrededor nuevamente estamos todos juntos. Cada uno de ustedes se va a llevar algo que jamás va a olvidar. Como la risa de Jayson cuando cojíamos catequesis, los corillitos en almuerzo, el no entiendo de Lixaí, el hay Nicole de Alexandra o inclusive el hay bendito de Alex. No podía faltar que Alanis te preguntará cuando fue que naciste, ver siempre a Alondra Malavé y Mariellie entregándolo todo en los bailes, Adibal diciéndole a Teresita que Agustin era su estudiante favorito. O cuando Yasiel entraba al salón de Nilka para darle un abrazo. Sé que todos vamos a extrañar el “jóvenes” de Pedro. Que cuando nos cruzáramos por los pasillos, no fallaba que te preguntaran si el examen estaba fácil. Y la contestación era casi inmediata, bueno si estudiaste, por lo menos yo lo encontré fácil.
Si es verdad que hemos perdido varios días de clases por sucesos de la naturaleza, que perdimos nuestros últimos días juntos pero ante todo y como siempre, salimos más unidos que nunca. Gracias a Beato por ser cuna de muchas primeras veces que si las menciono, no creo que termine. Ahora les voy a pedir que piensen un segundo. Pensemos en todo momento que aprendimos algo o que un compañero te explicó el tema porque no entendías. Que no le dimos las gracias al maestro por enseñarnos, que se nos olvidó decirle algo a un amigo. Pensemos en las amistades que ese lazo de confianza se rompió por cualquier razón. A esas amistades les quiero decir que no es tarde para arreglar lo que sucedió. No es tarde para darle las gracias al maestro o al amigo, no es tarde para decir eso que nunca dijiste. Y como dijo Kyle Martin: “Gracias a nuestros padres que han sido la mayor fuente de las lecciones de aprendizaje, lo logramos. Ustedes y nosotros, y los amamos por su sacrificio para enviarnos a este colegio, gracias por siempre estar a nuestro lado. Cuando recibamos nuestro diploma esta tarde, solo sepan que todos lo hemos ganado”.
Gracias por ser parte de este trabajo en equipo de estudiantes, maestros y por supuesto a los padres. Gracias y que tengan lindo día felicidades a todos.
¡¡Lo hicimos!!
Sebastian Lopez Olivo, Presidente Clase 2020
Colegio Beato Carlos Manuel 